Viví una infancia maravillosa en el puerto de Veracruz con mi abuela, ella muy seguido me llevaba de compras al centro, caminábamos de Gómez Farías, donde vivíamos a la calle de independencia, donde hacíamos algunas compras; recuerdo caminábamos recto por Gómez Farías en unas banquetas anchas y bonitas para caminar, la primera parada era en el edificio de la Lotería Nacional, ese donde la “Reina asesina” cometió aquel crimen atroz; ahí visitábamos a la tía Beba y juntas emprendíamos el paseo por independencia, la farmacia el Águila era la primera parada, las medicinas de la abuela; luego la Galatea de los Poo Ulibarri, allí adquirí el gusto por la compra del jazmín pa’ el alma, la tienda olía delicioso, había tanta ropa y tantas cosas lindas; después el Importador, más adelante la zapatería, ¡Aquello una ilusión!, caminando y platicando, llegábamos a la Parroquia, la antigua, la de Independencia, donde nos sentábamos a despachar, decía mi abuela, porque la mujer chacoteaba con media humanidad, el café hirviendo, para sudar el calor y bien platicado como debe ser.
Viví una infancia maravillosa en el puerto de Veracruz con mi abuela, ella muy seguido me llevaba de compras al centro, caminábamos de Gómez Farías, donde vivíamos a la calle de independencia, donde hacíamos algunas compras; recuerdo caminábamos recto por Gómez Farías en unas banquetas anchas y bonitas para caminar, la primera parada era en el edificio de la Lotería Nacional, ese donde la “Reina asesina” cometió aquel crimen atroz; ahí visitábamos a la tía Beba y juntas emprendíamos el paseo por independencia, la farmacia el Águila era la primera parada, las medicinas de la abuela; luego la Galatea de los Poo Ulibarri, allí adquirí el gusto por la compra del jazmín pa’ el alma, la tienda olía delicioso, había tanta ropa y tantas cosas lindas; después el Importador, más adelante la zapatería, ¡Aquello una ilusión!, caminando y platicando, llegábamos a la Parroquia, la antigua, la de Independencia, donde nos sentábamos a despachar, decía mi abuela, porque la mujer chacoteaba con media humanidad, el café hirviendo, para sudar el calor y bien platicado como debe ser.
Por la calle de Independencia, según recuerdo pasaba el Carnaval cuando era yo niña, iba uno al Zócalo a los restaurantes a comer, al Hotel Diligencias a desayunar, había una discoteque se llamaba Plaza 44, nunca fui porque era yo muy chica; años más tarde se mudó a la calle de Xicoténcatl, el gran café de la Parroquia de Ángel Fernández y se puso de moda el hotel Emporio, en los bajos pusieron Moruchos, un antro épico, la sensación fue aquello, ya era yo una adolescente por supuesto que sí fui, años más tarde se puso de moda ir a los Portales, remodelaron el hotel Diligencias y el bar se puso muy de moda, pero de aquello tiene ya años, hoy el centro del Puerto de Veracruz, es una mezcla entre el olor a drenaje, un millón de zapaterías feas, muchos de edificios abandonados y locales vacíos; los Hoteles antaño famosos el Colonial con su bar aquel famoso y el Prendes, ya los cerraron ambos, con la Pandemia ni me imagino, debe estar fantasmal todo aquello, ¡Terrible!, tan bonito que fue el centro del puerto.
De todo eso no queda nada, por eso es que me desconcierta, el programa que ha implementado el municipio de Fernando Yunes Márquez, ¡Todos al Centro!, que el pasado sábado, convirtió la calle de Independencia en un paseo peatonal, esta iniciativa busca impulsar la economía a través del cierre las de calles del corredor turístico, que va de la avenida Independencia, entre las calles de Mario Molina y Lerdo, hasta Los Portales.
Todo suena maravilloso, los protocolos de salud garantizados, dice la publicidad y la inspiración en Madrid, Londres y Nueva York, en donde se cerraron las calles con mayor concentración de comercios a los vehículos, para dar mas espacio al peatón y evitar aglomeraciones, por supuesto que con esto se pretende incentivar el turismo, la cultura y la economía del centro del puerto de Veracruz, el único problema de todo esto es que yo me pregunto, la gente ¿Qué es lo que va a ir a ver al centro?, como no sea las palomas que habitan los edificios abandonados, las zapaterías viejas y tiendas de baratijas, porque más allá de eso, no hay nada.
Hace mucho que el Centro de Veracruz dejó de ser atractivo, la gente se mudó a los nuevos fraccionamientos de Boca del Río y la Riviera Veracruzana, por ello las grandes tiendas y almacenes salieron de la zona de Independencia, hoy por hoy, solo queda en pie el Gran Hotel Diligencias y el Samborns, creo que el hotel imperial sigue abierto no estoy segura, así como el hotel Holliday Inn, que se las ha visto negras, según me cuentan.
El turismo como tal, tiene años que dejó de venir a Veracruz, pero muchos años ¿No me creen?, pregunten, les van a decir que vinieron de niños al hotel Villa del Mar, que por cierto ya no existe; la gente venía eventualmente, pero turismo así como el de Acapulco no, sin embargo algo habrá que hacer para reactivar la economía de la zona, sería una pena que lo dejaran morir, que en una de esas ya se murió.
Cosas de la vida y menudencias
Enrique Nachón García, es uno de los mejores funcionarios de la 4T jarocha, él xalapeño sin meterse en grillas trabaja y da resultados, les cuento que a través de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario, se gestionó la participación de 11 marcas certificadas “Hecho en Veracruz”, para que participen en la Exposición Internacional de Importaciones de China, que se llevará a cabo en Shanghái del 05 al 10 de noviembre de este año.
En presencia del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, quien dio el banderazo de salida del contenedor consolidado que llevará a China, productos de micro, pequeñas y medianas empresas de Coatepec, Ixhuatlán del Café, Nanchital, Río Blanco, Veracruz, Xalapa y Xico; se trata de productos derivados del café y el chocolate, que ya han participado en las mesas virtuales de negocios, organizadas por la Dirección General de Comercio Exterior, Gestoría y Apoyo al Desarrollo Industrial de la SEDECOP, en junio y julio pasados.
Empezamos semana mis hermosos.
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