2021 de esperanza
Juan Javier Gómez Cazarín.
La primera columna de este año la quiero empezar felicitando a todas y todos por este Año Nuevo con mis mejores deseos.
Iniciamos el 2021 como siempre que estamos a principios de un nuevo calendario: con la esperanza de que nos vaya mejor que el año pasado.
Esta vez, sin embargo, nuestro principio de año es una ocasión especial. Lo es porque el 2020 provocó angustias y sufrimientos, pero también nos dejó muchas lecciones personales y comunitarias.
También es especial porque en cinco meses la sociedad tomará colectivamente una de las más importantes decisiones políticas de los últimos tiempos.
Así que la esperanza es más robusta.
Primero, porque nosotras y nosotros ya no somos los mismos, toda vez que la experiencia nos hizo más fuertes, más agradecidos, más unidos, más solidarios y más conscientes de nuestras bendiciones de vida.
Y en segundo lugar, porque buena parte de nuestros deseos de mejoría estarán en nuestras manos en apenas 153 días.
No queda duda de que el 2021 será un año de muchos retos, de los cuales cito sólo dos:
La pandemia que impregnó todos nuestros quehaceres del año pasado seguirá presente, a pesar de la promesa cumplida del presidente Andrés Manuel López Obrador de brindar vacuna universal y gratuita a las y los mexicanos, por la sencilla razón de que vacunar a más de 80 millones de personas no se logra de un día para otro -aunque las primeras vacunas ya estén llegando-. Los próximos meses serán de seguir cuidándonos y cuidando a las y los demás.
Y habrá, de aquí al 6 de junio, una cada vez más intensa, desesperada y deshonesta reacción de las mafias tradicionales que se resisten al cambio profundo en nuestro país y nuestro estado.
Muestra de lo anterior es la anécdota con la que empiezo el año –no se esperaron ni a la rosca de reyes-. Y es que a mí ya me tocó una de sus jugadas sucias del 2021 al achacarme calumniosamente la organización y la asistencia de un baile con el que no tuve nada qué ver y que ciertamente considero inapropiado durante la pandemia.
Como le consta a toda la gente que me conoce, yo he sido el principal promotor de la sana distancia y de que nos reunamos para bailar –ganas no nos faltan- hasta que pase la contingencia sanitaria. Hasta recordarán que promoví que los festejos del pasado 15 de septiembre se realizaran de forma virtual, con música y alegría, pero cada quien desde su casa. Más tomando en cuenta que yo mismo fui paciente de Covid y conozco de cerca los peligros de la enfermedad que se ha llevado a gente cercana a mí.
Lamento que justo hoy, que se conmemora el Día del Periodista en México, me haya visto en la penosa necesidad de pedirle derecho de réplica a unos comunicadores que -pensando bien- están muy equivocados o -pensando mal- se prestaron a un juego sucio, porque mostraron un video más borroso que los ovnis que saca Jaime Maussan y dicen que ahí estoy yo bailando, cuando a esa hora me encontraba a muchos kilómetros viajando en carretera.
Como dije, es una anécdota que no empaña nuestra alegría por el Año Nuevo y que tampoco me quita las ganas de mandarle mis parabienes a todas y todos los periodistas de Veracruz en su Día; y a todas y todos los veracruzanos en este esperanzador y desafiante 2021.
Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.