La mejor playa del mundo
Juan Javier Gómez Cazarín
No sé qué hicieron ustedes el domingo, pero yo me di el gusto de visitar una de las mejores playas del planeta.
En el mismo lugar donde hace cinco millones de años la mortífera lava volcánica escurrió hasta el mar arrasando todo a su paso -a la usanza de Hawái, Grecia o Islas Canarias-, ahora prolifera vida, se respira tranquilidad, se escucha el romper del mar y se puede disfrutar de la más limpia brisa costera.
Nuevamente -he ido muchas veces- pude apreciar sus espectaculares paisajes, también producto de la furia de los dioses volcánicos: profundos acantilados, escarpados miradores naturales, playas recoletas, todos dignos de aparecer otra vez -ya lo han hecho- en alguna superproducción de cine.
Yo no tuve que cruzar medio mundo para llegar a ese paraíso, aunque bien vale la pena cruzar medio mundo para conocerlo.
Tampoco fui de turista, como los invito a ustedes a ir en cuanto se pueda, porque la pandemia todavía no nos lo permite a plenitud.
Mi visita a Arroyo de Liza, en San Andrés Tuxtla, fue para cargar bultos de cemento y palear concreto.
Y no es queja, al contrario, es orgullo y satisfacción. Pocos domingos mejor empleados que aquellos en los que puede uno sumarse al esfuerzo y la decisión de una comunidad de amigas y amigos entrañables que quieren mejorar su entorno.
Pocas jornadas de mayor satisfacción que aquellas en las que comprobamos que la voluntad del pueblo puede, quiere y sabe cambiar su destino.
La calle que pavimentamos juntas y juntos será un testimonio duradero -muy duradero- de que nos tocó vivir una etapa de histórica transformación de Los Tuxtlas, de todo Veracruz y de todo México.
Tendremos el honor de saber que no fuimos espectadores pasivos, sino participantes efectivos.
Algún día, cuando otros visitantes, esos sí turistas ultramarinos, caminen por esa calle, no sabrán cómo la hicimos, pero nosotras y nosotros sí tendremos el recuerdo de aquel remoto domingo de calor, cansancio, bromas amistosas, de un refresquito a la sombra de un árbol.
Hoy me duele un poquito la espalda, pero mi corazón está contento y ese es el que manda. Lo de la espalda se me va a quitar, la felicidad del corazón, nunca.
Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.