Exclusividad
Aníbal del Rey
No me dejarán mentir, pero cuando uno está soltero ni las moscas se te acercan. Nomás tantito la banda huele que ya andas saliendo con alguien y ¡pum! Como moscas a la miel.
Si leyeron el primer texto de esta serie, al presentarme mencioné “Soy un hombre bastante común”, y en verdad lo soy. Ni el más guapo ni el más feo, ni gordo ni delgado, ni chaparro ni alto. Pero es que traigo una suerte que últimamente me siento un culazo, ¡vaya! Un Zac Efron cualquiera, ¡ojo!, antes de las fotos con botox que publicaron hace unos días. No sé qué fue lo que pasó pero Carlos dice que cada día me pongo más guapo, que es porque estoy en paz y contento, y yo de verdad lo creo, mágicamente una cierta chispa hizo explosión y de repente me sentí tremenda y absurdamente galán, de feria, pero galán.
¿En qué momento dejas de ver a otras personas y decides salir solo con una? Una onda así como de exclusividad, pero sin formalizar el asunto. No necesito una relación, tampoco me niego a tenerla, pero es que ¡caray! ¿Cómo es que de pronto un día desperté pensando en Carlos? Así sin más, y de esta forma quise rechazar a la banda con que medio andaba coqueteando, con quienes no había nada formal y no me pedían nada mas que pasarlo bien.
Estoy bien oxidado para ligar, no tengo idea de las frases adecuadas o cómo comportarme para ser cortés y educado, simplemente con este chico quise mostrarme tal y como soy, basta de poses para pretender agradar, que me conozca con el paquete completo, para bien o para mal. No me quedó más remedio que recurrir a la vieja confiable, el grupo de WhatsApp “Ñoños alv”, donde junto con seis cuates de secundaria echamos el chisme con esa complicidad que solo la juventud y los años nos han entregado; tuve que consultarlos “Pregunta seria a todes. Salgo con un vato y me gusta un montón. ¿Tengo que cuestionarle si tenemos exclusividad sin salir con nadie más o se entiende?” Oswi respondió “Acá en la heterosexualidad se entiende que salir es igual a exclusividad, a menos que se especifique lo contrario”, y el Posho aclaró “Solo salir no creo que sea exclusividad”. Quedé igual o peor de confundido.
Esa noche fui por Carlos al estudio donde trabaja con el único plan de llevarlo a su casa. ¡Maldito nervio! Durante el trayecto a su hogar no paraba de pensar si hacerle esa pregunta lo espantaría, en verdad quería seguirlo viendo, no soy celoso (¿o sí?) pero quiero salir en plan de citas solo con él y que él quiera salir solo conmigo. Necesitaba orinar con urgencia, me detuve en el Súper Che de la Av 20 de noviembre, “espérame 5 minutos, voy a hacer pipí”. Fui y regresé corriendo, la brisa xalapeña hacía su trabajo, ¡qué frío! “Ahora espérame tú” dijo él con esa sonrisa espectacular se escondió tras ponerse el cubrebocas de la manera más poética posible, alargando el cuello, bajando los hombros y ubicando los dedos de la manera más precisa, estirando el anular y meñique de cada mano como listos para ser fotografiados y utilizar esa imagen en un comercial de mascarillas… “En verdad que solo quiero salir con él” pensé confirmando mi cuestión.
Al volver llegó con una cajita a la que luego, luego roció con alcohol. Me trajo un obsequio, una caja de Pulparindos, con veinte piezas de dulce de tamarindo, uno de mis favoritos. “Y aparte das los mejores regalos” le dije en voz alta para inmediatamente preguntar “¿Quieres salir solo conmigo?”. “Aníbal, yo solo salgo contigo, tú no? Aquí les pregunto, ¿qué hubieran hecho ustedes? Mi mente boba solo alcanzó a abrazarlo bien fuerte y darle un gran beso para ocultar un poco mi vergüenza y terrible honestidad.
El resto del trayecto a su casa fue hermoso, lleno de plática y risas, su mano sobre la mía y ese click que pareciera reproducir todo en cámara lenta con música feliz de fondo, la que más de buenas te ponga. ¡Qué buen ejercicio el de mirar las escenas de la vida diaria como si se tratase de una película! Apenas cerró la puerta del auto y lo vi alejarse despacito mientras caminaba hasta entrar en ese pequeño portón verde… ¡Qué bien se ve de espaldas este güey! Movió la mano diciendo adiós.
¿Habré hecho lo correcto? Yo solo quería pasarla bien y ahora estoy envuelto en una relación que no es relación pero sí es relación. Nada nos augura un futuro feliz, pero si mis decisiones me dan un presente lleno de paz, -como dice mi amigo Daviel- al menos ya mejoré.