El abandono de las carreteras del norte de Veracruz tiene varios sexenios. 

Durante el gobierno de Peña Nieto se inauguraron varios tramos carreteros en la zona, como el de la CDMX-Tuxpan o el de Totomoxtle-Poza Rica. 

Sin embargo, la obra que comenzó desde Vicente Fox, que continuó Calderón y que no terminó Peña Nieto (autopista Cardel-Poza Rica) aún hoy continúa tirada. 

Peña Nieto quedó en deuda con Veracruz y aquel famoso ‘Te lo firmo y te lo cumplo’ fue puro engaño pues aunque tanto él como el ex titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, se comprometieron públicamente a terminar la autopista Cardel-Poza Rica, no cumplieron. 

Ahora es el presidente Andrés Manuel López Obrador el que le entra al toro y ofrece su espada en prenda para terminar esa obra inconclusa. 

Reconoció que hay problemas en la construcción pues “tenemos un tramo de 2 kilómetros que impide que se conecten 150 kilómetros, porque en esos 2 kilómetros hay un conflicto con una comunidad. Fui a hablar con la gente y voy a regresar porque la gente no quiere que se hagan esos 2 kilómetros. Ya están terminados los grandes tramos hacia Tampico y Veracruz, pero por esos 2 km no hay conexión. No quieren que se hagan porque argumentan que se van a inundar, entonces ya se hicieron estudios y se va a proteger a la población y yo les voy a dar seguridad y vamos a firmar un acuerdo de que no van a padecer, de que no se van a inundar y de que van a recibir beneficios”. 

Habrá que ver cómo resuelve AMLO los abusos de la empresa Mota-Engil, empresa a la que se concesión el tramo y que estuvo pasando por encima de las leyes de este país y alterando el equilibrio ecológico en el trazado de la autopista… y habrá que ver también si puede López Obrador terminar con una de las obras malditas que parecen no tener fin. 

(Imagen Comunicación Social López Obrador)