Este larguísimo año, que hemos pasado encerrados por la pandemia, no había yo ido al puerto de Veracruz hasta hace un mes, al llegar, nada más bajar el puente ese del año del caldo, llamó poderosamente mi atención, el inmenso edificio apostando en pleno centro del puerto, ese del que habló esta semana el presidente López Obrador, en su tradicional rueda de prensa diaria.  

La realidad es que me pareció una construcción enorme y me entró una curiosidad, casi del tamaño del edificio por saber qué alma ilusa, habría invertido ahí, sí lo que sobra en el centro histórico del Puerto de Veracruz, son edificios vacíos y abandonados, además de inmediato vino a mi mente toda esa avalancha de información de crisis, comunismo, desaparición de la clase media y pobreza extrema onda venezomexican, luego de esas cavilaciones mi curiosidad creció, sin embargo como iniciaron las campañas, me olvidé por completo del edificio. 

Sin embargo, no me extrañó en lo más mínimo, el comentario del presidente López Obrador de esta semana, ese edificio en el medio del abandonado centro del puerto de Veracruz, es como para llamar la atención de cualquiera; yo pienso que hasta se tardaron, luego de las suspicacias presidenciales, todos han opinado aquí en Veracruz, desde el gobernador García Jiménez, hasta el delegado Manuel Huerta que siempre secunda al gobernador.

Documentos oficiales que circulan por la red, apuntan a que el proyecto del edificio, estaría encabezado por un señor de apellidos Ramos de la Medina, quien a su vez, sería el suplente del alcalde Fernando Yunes Márquez y los permisos estarían otorgados por el ayuntamiento, desde finales del año 2018, es decir en pleno ejercicio del alcalde Yunes Márquez. 

El escándalo que se ha organizado, en torno a los permisos que debería haber otorgado el Instituto Nacional de Antropología e Historía, para la construcción del edificio, apenas empieza; el presidente ya le echó el ojo y difícilmente lo va a soltar, el gobierno estatal por ende, seguramente no quitará el dedo del renglón y lo que se viene para el o los dueños del edificio, seguramente no será nada fácil, ni divertido. 

Habrá seguramente desde clausuras de la construcción, demandas y quien sabe cuanta complicación más, lo que si es una realidad es que será una verdadera pena, que encima de todos los edificios antiguos, habitados por palomas y en completo abandono, se vaya a sumar la mole esa de concreto, en mitad de la histórica avenida Xicoténcatl.  

Cosas de la vida y menudencias

Serán la doctora Leticia Mora Perdomo, presidenta; el doctor Genaro Aguirre Aguilar, secretario; la doctora Laura Verónica Herrera Franco, el doctor Jorge Martínez Contreras, el doctor Jorge Luis Morán López, el doctor Enrique Ramírez Nazariega, el doctor Alfredo Sánchez Castañeda, el doctor José Antonio Seade Kuri y la doctora Alma Gloria Vallejo Casarín, los nueve notables que este año elijan al próximo rector, que habrá de suceder a doña Sarita Ladrón de Guevara.

Tiradores hay muchos, algunos con currículo, otros con tablas y otros con padrinos, pero pocos, muy pocos llenan las expectativas de una universidad, que atraviesa por una crisis y que se encuentra en peno paradigma de la digitalización educativa, ojalá y llegue alguien que le devuelva la grandeza y magnificencia, que durante años tuvo, nuestra máxima casa de estudios. 

Así las cosas mis chulos, nos leemos mañana. 

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