La liberación e inmediata detención de Tito Delfín, parece exhibir al sistema de procuración de justicia veracruzano al llevarlo al ruedo de la consigna y la politiquería. 

Y es que este fin de semana gracias a un amparo, Tito Delfín Cano había logrado su libertad, pero apenas llevaba caminados unos 10 metros y había respirado aire fresco al cruzar el umbral de la puerta del penal de Pacho Viejo, fue abordado por elementos de la Policía Ministerial quienes cumplimentaron una nueva orden de aprehensión en su contra. 

Luego de su audiencia donde se resolvió darle la libertad inmediata al modificarle su medida cautelar, fue llevado al penal donde presentó su boleta de liberación. Hasta allí todo hubieran sido sonrisas y felicidad. Sin embargo, tras unos minutos de realizar el trámite de su liberación llegó una camioneta de la Policía Ministerial quienes al verlo salir de inmediato se acercaron para informarle de una nueva orden de aprehensión en su contra.

Tito Delfín fue detenido, ahora, por un delito de contaminación ambiental relacionado con un basurero en Tierra Blanca. El panista todavía logró platicar con su abogado y dijo “todavía me voy a quedar aquí un rato”. 

Este tipo de prácticas de las Fiscalías en contubernio con los jueces parecieran ser cada vez más comunes. Y es que, suponiendo sin conceder, si ya existía una nueva orden de aprehensión, ésta seguramente no se fraguó en el último día, sino que debió llevar su tiempo, por lo que queda la recochina duda de por qué esperar a que Tito saliera del penal para dictarle la nueva orden. Esa acción solo deja la sensación de que la consigna es mantener a los políticos presos de la forma que sea. 

¿Qué tan sólida es la nueva denuncia que lo generó la nueva orden de aprehensión? Quien sabe, tal vez incluso es más endeble que la primera, pero eso lo hará permanecer en Pacho Viejo algunos meses más. 

Hay que recordar el caso de José Manuel del Río Virgen, quien a pesar de tener amparo sobre amparo sobre amparo federal, los jueces locales hacían como que la Virgen les hablaba y no lo liberaban. 

¿Qué necesidad ahora de usar esta argucia legal para mantener a Tito Delfín tras las rejas? Si tan solo se hubiera sabido desde antes una posible nueva orden de aprehensión, no quedaría todo en el chiquero del sospechosismo. Y caray, si lo que necesitaban era cumplir con el requisito de otorgarle la libertad para cumplir con el Amparo, todo queda en verdad nebuloso. 

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