Gabriela Diez Gutiérrez

La industria de la moda es una de los negocios mas creativos debido a su constante reinvención, lo que permite una vasta gama de oportunidades y desafíos. Es un negocio que no solo permite la expresión artística y creativa del diseñador sino también del consumidor, ya que el estilo de cada individuo expresa parte de su personalidad y proyecta su imagen en sociedad se quiera o no. Ya sea que se sigan tendencias o no, todos formamos parte de la industria de la moda. Actualmente existen varias opciones para armar tu closet, puedes comprar ropa en tiendas de lujo,  de gama media o económica, realizar compras en línea, tiendas de diseñadores locales, comprar ropa de segunda mano ya sea usada o prácticamente nueva, cambiar ropa con amigos o familiares que ya no usas o ya no te hace sentir bien, regalar ropa en buen estado, donar tus prendas viejas para que sean recicladas, etc.

La moda es uno de los sectores de mayor manufactura en el mundo, y con justa razón, la ropa es algo que forma parte de nuestra vida diaria. Dicho sector da empleo a diseñadores, productores textiles, modelos, comerciantes, artesanos, etc. La ropa nos permite expresar nuestro estilo de manera casi infinita, entre colores, texturas, materiales y diseños. Elaborar una prenda es un trabajo que es incluso considerado un arte, de allí el alto precio de algunos diseños pues deben tomarse en cuenta los materiales que se utilizan, los métodos de producción, todo el personal que hay detrás de una sola prenda, las horas de trabajo; la mayoría de las piezas de lujo son elaboradas a mano y algunas con técnicas que llevan años utilizándose y que toman muchas horas de trabajo para elaborar únicamente el bordado de una tela que se utilizará para la falda de un vestido. Lo cual impregna a la prenda de arte, historia y dedicación.

Uno de los más grandes retos en este negocio es la originalidad, seguido de la asertividad en la producción de estos artículos pero recordemos que finalmente quien decide si una tendencia se queda o se va, somos los consumidores. 

Actualmente un reto sumamente importante dentro de la industria de la moda es el convertirse en un negocio sustentable y sostenible; la población actual exige que la industria reduzca su impacto ambiental, mismo que se extiende por todo su “ecosistema comercial”: desde la producción, distribución y exhibición hasta la adquisición, los procesos de cuidado y lavado y, finalmente, su desecho. Así mismo, que sus productos no sean resultado de explotación laboral dentro de países en vías de desarrollo. Hoy en día es bien sabido que la industria de la moda es la segunda más contaminante en el mundo y con tendencias como el “fast fashion” con prendas económicas generalmente de baja calidad, el problema rápidamente se salió de control con la  irresponsabiidad ambiental y la poca ética laboral de algunas empresas al tener a sus empleados trabajando en condiciones prácticamente inhumanas, en las cuales la explotación no es solo a trabajadores adultos sino también a niños.

Conocer en rastro que deja una prenda en el ecosistema en un 100% es bastante complejo debido a los grandes procesos que se realizan para elaborarla y que abarcan desde la producción del algodón que es utilizado, ya que la siembra de éste puede ir de la mano con el uso de pesticidas y fertilizantes perjudiciales para el suelo.

Sin embargo no se trata de marcar a la moda como una industria mala, pues finalmente todos nos beneficiamos de la gran variedad de artículos que podemos encontrar y de las múltiples maneras de adquirirlos. La intención es simplemente ser un poco mas consientes de qué consumimos y qué vida vamos a darle a cada prenda. Puede que un artículo tenga un precio mas elevado que otros pero si va a usarse en muchas ocasiones, si sabemos que en la mayoría de sus procesos se elaboró de una manera responsable y que vamos a usarlo durante al menos unos 5 o 10 años ¿pensarías que realmente es un gasto o mas bien una inversión? Tanto para tu bolsillo como para el planeta. A muchas personas nos gusta comprar ropa pero hacerlo de manera inteligente ayuda no solo al planeta y a los trabajadores del sector de la moda, también nos ayuda en nuestro día a día, pues es mejor tener un armario con ropa que nos hace sentir bien y que fue comprada conscientemente pues nos facilita el elegir que ponernos cada día, y así evitar el  tener un armario lleno de compras impulsivas que llevan al típico “no tengo nada que ponerme” aunque los cajones del armario se encuentren a tope de ropa que incluso aún tiene las etiquetas puestas.

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