Es sencillo notar las ventajas que a nuestra vida cotidiana trae el hablar un segundo idioma. Principalmente en cuanto a comunicación, hablar un segundo idioma nos permite tener acceso a mucha más información, de manera más rápida (ya que no tenemos que utilizar traductores) y nos facilita el socializar y comunicarnos cuando se viaja a países extranjeros o conocemos gente de otros países con un idioma diferente al nuestro pero ¿sabias que a nivel neuronal hablar un segundo idioma también trae beneficios?

Así es, hablar más de un idioma cambia físicamente nuestro cerebro y el cómo es que éste funciona. Las parcelas cerebrales relacionadas al lenguaje cambian sus procesos cognitivos, que son: percepción, memoria, atención y emoción. Esto debido a que al hablar mas de un idioma estas parcelas deben ejercitarse más.

Las principales diferencias funcionales que se encuentran en los cerebros de personas bilingües, trilingües o poliglotas son las siguientes:

Presentan una mayor capacidad de memoria operativa o memoria de trabajo, que es la memoria que nos da la habilidad de almacenar y manipular información transitoriamente a nuestra disposición, mantener elementos en nuestra mente que necesitamos para realizar una tarea o trabajo cognitivo, como la comprensión del lenguaje, la lectura, las habilidades matemáticas, el aprendizaje o el razonamiento.

Las personas bilingües tienen una mayor capacidad de tomar la perspectiva del otro, no precisamente hablando de empatía, más bien el poder ver la realidad desde otros ángulos. Hablar otros idiomas no implica únicamente aprender otro vocabulario sino también cambiar la manera de pensar al hablar, el orden de las palabras cambia gramaticalmente de un idioma a otro lo que nos obliga a reorganizar nuestros procesos mentales hasta volverlo un cambio automático que se presente al pasar de un idioma a otro.

Además, también se desarrolla una mayor reserva cognitiva, es decir, se tiende a envejecer mejor (hablando cognitivamente). Los cerebros de personas bilingües tienden a tener mas “resistencia” a desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer o el parkinson. Si bien, puede que éstas lleguen a presentarse, en personas bilingües pueden llegar más tarde o presentarse con síntomas menores.

Así como en casi todo, hablar varios idiomas tiene sus ventajas y sus “microinconvenientes” (ya que no podríamos llamarles “desventajas” realmente). Las personas que hablan más de un idioma pueden tardar unos milisegundos más que los monolingües en encontrar la palabra que buscan, incluso a veces confundirla y  mezclarla con una palabra de otro idioma. Pueden en ocasiones no recordar como se dice una palabra en un idioma y sí en otro, haciendo así a veces una mezcla de idiomas al hablar. Otro microinconveniente sería que, mientras se habla, se tiende a utilizar un lenguaje ligeramente mas reducido y a tener un orden gramatical un tanto diverso al hablar. 

Sin embargo, la verdad es que el esfuerzo mental de aprender un nuevo idioma a cualquier edad es enorme y las ventajas lo valen, así que no importa la edad que tengas, siempre es buen momento para iniciar a aprender otro idioma y aprovechar los beneficios de comunicación y neurológicos que esto trae consigo.

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