Lealtad
Juan Javier Gómez Cazarín
Quise compartirles estas foto, porque significa mucho para mí. Ese día, de 2018, cerré mi acuerdo político más importante y lo cerré con mi gran amigo: Cuitláhuac García Jiménez. Y las otras dos son del año 2013, ahí se darán cuenta que siempre me ha gustado correr, que soy morenista fundador y aparte que soy americanista de corazón.
Corría el año de 2018 y andaba medio de capa caída porque había perdido la Presidencia Municipal de Hueyapan de Ocampo, mi tierra. Tristón, decidí no participar más en política.
Cuitláhuac me citó en Veracruz para platicar un tema. Me trajo caminando como 40 minutos en el bulevar Ruiz Cortines, convenciéndome de que fuera candidato a diputado local por el distrito de San Andrés. Yo no quería. Al final, terminó convenciéndome y me dijo: AMLO ganará la Presidencia, Rocío y Ahued ganarán las Senadurías, yo seré Gobernador y tú Diputado. Sólo no dejes de caminar y cuida tu estructura. Y así fue todo. Cerramos el trato con dos frapuchinos. El mío con galletas de chocolate y el suyo normal.
Todos hemos escuchado la palabra “lealtad”. ¿Qué significa esa palabra? Para algunos, como yo, significa el sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos.
Siempre he dicho que la primera lealtad que debe existir es hacia uno mismo. A tus principios, a tus valores, a tus ideales, porque si no eres leal a ti mismo, ¿cómo puedes ser leal a un amigo, a un partido político o hasta tu equipo de fútbol?
También, que la lealtad es básica en la política y en la vida, porque nos pone a cada quien en el lugar que merece. Porque nos ayuda a estar siempre en paz con nuestra conciencia, tranquilos de que se hace lo correcto y de que no le fallas a un amigo o a ti mismo.
Por eso, antes de que inicie un proceso donde voy a caminar y seguir apoyando de frente y sin tapujos a nuestra coordinadora Rocío Nahle, como lo comenté desde hace más de dos años, en mis declaraciones de “Chío es la buena”, quiero decir algo y decirlo muy claramente:
Algunos nos hemos formado en las calles, entregando los periódicos, hablando con el pueblo en comunidades alejadas. Nuestro referente y ejemplo en Veracruz, el que siempre hizo eso, fue Cuitláhuac García Jiménez.
Desde el primer día en que tomó protesta mi amigo y compañero de lucha, el ahora gobernador Cuitláhuac García Jiménez, de quien siempre he recibido apoyo, con quien siempre trabajo coordinado a pesar de la separación de Poderes, he reconocido en su Gobierno al mejor que ha tenido Veracruz en las últimas décadas.
Por eso, ¡yo soy cuitlahuista! Tenga o no tenga yo un cargo.
¿Nos hemos equivocado en algunas cosas? Sí. Y se han corregido. ¿A algunos no les gusta su Gobierno? Sí. Por algo será. ¿Hay fallas? Sí. Nada es perfecto. Pero también es cierto que este Gobierno es muchísimo mejor que los otros.
Sí hay un gobierno honesto. Sí hay número récord de obras (entre ellas muchas escuelas y hospitales que estaban abandonados). Sí hay reducción de pobreza (incluida la pobreza extrema).
Sí se le pagó a la UV. Sí se rescató al IPE (y con él a las pensiones y jubilaciones). Sí las calificadoras internacionales han subido el nivel de Veracruz 16 veces. Sí estamos entre los 10 Estados más seguros del país. ¡En sólo cinco años!
Hay que echarse una vuelta por las zonas rurales y preguntarle a la gente, para no informarnos solamente con las noticias amarillistas de algunos que dejaron de cobrar.
Escribo todo esto no como despedida, porque primero Dios me van a seguir viendo.
Lo digo, porque lo tengo que decir. Para que a nadie se le olvide de dónde venimos y cómo crecimos. Lo digo para reafirmar que de este lado hay un cuitlahuista, que soy yo: Juan Javier Gómez Cazarín. Así como no dejaré de amar a mi familia, de ser morenista y de ser americanista, siempre seré cuitlahuista hasta los huesos.
Creo que el único defecto de Cuitláhuac es irle a los Pumas, a los que por cierto no veo como sí veo a mi América acercarse a ser campeón, porque ya nos hace falta la catorce.
Pd. Y hablando de eso, también quiero puntualizar que mi lealtad a Morena y al América no están peleadas, aunque algunos en mi partido no quieran a mi equipo de futbol. Cada lealtad tiene su lugar y no compiten entre sí.