Veracruz, la deuda que no olvidamos
Por Yair Ademar Domínguez
El Gobierno del Estado de Veracruz que preside Cuitláhuac García Jiménez va cerrando todo su último año administrativo de un sexenio que no ha sido fácil, pero que con estrategia, inteligencia y honestidad, ha podido remontar, a pesar del desastre financiero heredado por los malos gobernantes que tienen nombre y que algunos pretenden regresar por sus fueros, para seguir lucrando con el dinero de los veracruzanos.
El permanente reconocimiento que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho a este Ingeniero Mecánico Electricista egresado de la Universidad Veracruzana, con estudios en el Instituto Politécnico Nacional y en la Universidad de Manchester, Inglaterra, fundador del Movimiento de Regeneración Nacional en el país, no es gratuito. A Cuitláhuac García Jiménez, hay que decirlo con todas sus letras, le ha tocado solucionar los problemas que dejaron gobiernos anteriores en términos de finanzas públicas ¿y qué ha pasado? El mandatario ha salido avante, airoso, con una gran estrategia de saneamiento y sobre todo, sin detener la obra pública, la cual ya ha sido calificada de histórica.
En reciente entrevista en el programa televisivo A ocho columnas, el mandatario hizo un recuento breve pero contundente de la situación que enfrentó. Para que el lector dimensione, las cifras grosso modo de la deuda heredada venían así: el mandato de Miguel Alemán Velasco contrató una de 3 mil 500 millones de pesos. Aquí hemos referido que, en los últimos días, los funcionarios se llevaron ese dinero hasta en cajas de cartón de huevos, según los testimonios de la época.
El gobierno de Fidel Herrera Beltrán acusó ese desfalco, pero hizo lo mismo y al final heredó una deuda de 11 mil millones de pesos. Sus excesos fueron registrados por una parte de la prensa veracruzana de esos días. Javier Duarte de Ochoa pidió 20 mil millones en el camino y cerró su fatídico mandato con 44 mil millones de pesos de deuda. Finalmente, Miguel Ángel Yunes Linares, sólo en la negociación de esta deuda se llevó “limpiecitos” —registró Cuitláhuac García— 900 millones de pesos a sus bolsillos.
¿Qué pudo haber hecho Cuitláhuac García al llegar al gobierno y encontrarse con este desastre financiero? Pudo quedarse cruzado de brazos y echar culpas, sin hacer nada. No. El mandatario veracruzano morenista se puso a trabajar, echó lápiz y con su equipo financiero trazó una ruta para reestructurar, solventar y tener liquidez que le permitiera que el estado caminara.
Así lo explicó a las cámaras de Radiotelevisión de Veracruz: “Nosotros entrando en diciembre tuvimos que buscar de dónde, porque nos dijeron que no iban a dejar nada y lo cumplieron. No había nada. Hicieron el año de Hidalgo. Se lo llevaron todo. Fue un arranque complicado. Este fin de sexenio no va a ser lo mismo. El gobierno que entre en diciembre de 2024 va a tener dinero para pagar, va a tener un respaldo y no va tener necesidad de un crédito”, sentenció.
Esa es la gran diferencia entre quienes llegan para enriquecerse y quienes han llegado para servir.
“Nosotros no vamos a permitir que exista lo que se conoce como año de Hidalgo, porque en cada sexenio era muy tonto el que dejara algo. Entonces, se echaban a la bolsa todo lo que podían. Esta vez no. Hemos estado muy vigilantes. Hay un espíritu de todos los compañeros del gobierno de dejar una marca en este sexenio que es el combate a la corrupción, el seguir en esta proyección financiera, porque se logra gracias a la honestidad. Hemos hecho todo esto porque nos hemos apegado a la honestidad”, sentenció.
Además de la ingente obra pública que dejará su gobierno, el legado de Cuitláhuac García Jiménez en Veracruz será sin lugar a dudas el que llevó a la práctica la austeridad republicana y aplicó, en su persona y su mandato, la consigna de quitar los privilegios que gozaba la clase gobernante, privilegios que tanto daño le hicieron a Veracruz.
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