En pláticas y diversas entrevistas concedidas por Dorheny García Cayetano a Política al Día Express, siempre demostró inteligencia y talento.
Primero como diputada federal, una jovencita apenas pero ya se le notaba propositiva, preocupada por los problemas del Estado y consciente de su papel como legisladora.
Posteriormente, como titular de la Secretaría del Trabajo, Previsión Social y Productividad, en el gabinete de Cuitláhuac García Jiménez, pronto hizo notar su mano conciliadora y una sensibilidad para enfrentar los difíciles problemas laborales que día a día se presentan.
Sin embargo no ha sido fácil para ella luchar con aquellos que buscan ubicarla como pariente cercana del gobernador Cuitláhuac, tan solo para restarle méritos profesionales y políticos por su apasionada entrega al trabajo y quizá por ser mujer y joven.
Aun así, qué bueno que hacia ese punto se hayan enfocado sus malquerientes, pues por ningún lado le han encontrado fallas de competencia o corrupción, ni como legisladora, ni como funcionaria pública estatal.
Ahora, en el presente proceso electoral, levantó la mano para expresar su deseo de participar en la contienda interna de MORENA y buscar la candidatura al Senado.
En ningún momento negó su aspiración, valientemente dijo “aquí estoy”.
Poco tiempo le bastó a Dorheny para darse cuenta que para acceder a una candidatura al Senado no basta querer y tener méritos, llegar a ser senador o senadora es ponerse en la antesala de una candidatura a gobernador o gobernadora y que el número de aspirantes -quizá con iguales méritos- es alto en cualquier momento, pero, además, existen intereses de partido y de estrategia política que dependen de factores externos a ella misma.
Pero qué sigue para la joven Dorheny, quizá una diputación local y desde ahí convertirse en la coordinadora de la bancada de MORENA. Quizá la candidatura a la alcaldía de Xalapa en el 25.
O como ella misma ha dicho: “Iré a donde me ponga la patria. Ahí estaré”.
No se puede saber aún qué hará, lo que sí, es que hay Dorheny García Cayetano para rato y ya se verá.
¡Al tiempo! Como dicen los clásicos.
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