Lo que hicieron en el Consejo de la Judicatura Federal al ver cómo sus privilegios desaparecerían al aprobarse la Reforma Judicial, fue, por decir lo menos, un agandalle y una burla.
Y es que, si son cientos de miles de mexicanos los que están atados a cumplir los 65 años para poder pensionarse, ¿Por qué, con qué pretexto, cuál fue la razón para que ellos, Norma Piña y los demás miembros del Consejo de la Judicatura, bajaran a su antojo la edad mínima para jubilarse y pensionarse? Así, a partir de ahora, con 55 años cumplidos y cuando menos 25 años de antigüedad y hayan sido ratificados en el cargo, podrán pensionarse.
Les abrieron la puerta trasera a los juzgadores y les redujeron 10 años de servicio de un plumazo… Solos se facilitaron su salida y le aplicaron al Estado la de los chamacos: “me voy, pero me llevo mi balón”.
Así, los juzgadores que estarían siendo sustituidos derivado de la Reforma del Poder Judicial se quieren ir forrados y cuidados por el erario en las próximas décadas hasta que terminen su vida.
Esta modificación, por cierto, para los ministros y magistrados, no viola la Constitución, ¡Ah no! ¿Cómo lo va a violar si eso los beneficia?
Y es que lo que en realidad parece haberles molestado es que se les van a reducir los sueldos a aquellos funcionarios que ganan más de 1.9 millones de pesos al año… siendo ¡2,400 funcionarios en esta situación!
Es decir, mientras por un lado dicen defender la legalidad, por el otro se sirven con la cuchara grande y garantizan su retiro a más temprana edad que el resto de los mexicanos.
Inversiones históricas en Veracruz en el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez
Cuando se habla de inversiones para el desarrollo económico o social, no es válido, ni posible, hacer distinciones entre las que son públicas o las privadas.
Todas generan empleos y contribuyen a incrementar el Producto Bruto Interno de un Estado, región o país.
Así, asegurar que en Veracruz en el actual sexenio las inversiones brillan o han brillado por su ausencia, es de lo más aventurado y fuera de lugar que se puede ver, a menos que se trate de declaraciones políticas con el fin de demeritar la actividad del gobierno en turno.
En Veracruz, durante el actual gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, no tan solo han llegado inversiones privadas directas, sino que también la Federación ha invertido con singular alegría en el Norte, Centro y Sur.
Inversiones estratégicas como las que se realizan en el Sur son históricas para Veracruz, tanto por su monto, como por ser estratégicas para el desarrollo del Turismo y el Comercio Internacional, y que han generado miles de empleos tan solo en las etapas constructivas.
Entre las inversiones más importantes, con nombres y montos, se pueden mencionar:
1.- TC Energía, con una inversión de 90 mil millones de pesos ubicada en Tuxpan, que aprovecha la energía y el gas; 2.- Constellation Brands, una inversión de mil 300 millones de dólares para ser aplicados en 4 años, y que en su fase de construcción genera 2 mil empleos directos y 12 mil más indirectos; 3.- Braskem Idesa, reinversión de 8 mil millones de pesos; 4.- Nestlé, reinversión de 3 mil 400 millones de pesos; 5.- Sin contar las inversiones de las empresas Sempra Infraestructura, CYDSA, Grupo Modelo, Bayer, Plantas de recubrimiento de concreto a tubería de acero al carbono y Desarrollos de Vivienda en Veracruz, en las que se han creado cerca de 25 mil empleos con una inversión cercana a 23 mil millones de pesos.
En total, tan solo en las inversiones mencionadas, se puede contar una inversión cercana a los ciento 44 mil millones de pesos.
Y las inversiones federales que se aplican en el Sur, Sureste, que tienen que ver con el Tren Interoceánico del Corredor Interoceánico, así como los trabajos de modernización al Puerto de Coatzacoalcos, son cosa aparte.
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