“CIUDAD FEA DONDE NO VIVEN JAPONESES”

+ Necesitan reparaciones de caminos en Perote.

“Ahued es mi mano derecha”
–Rocío en Perote

Lo que detonó la transformación de Orizaba hace 17 años fue la intención de que la automotriz Honda instalara una planta armadora en la región.

Narra la anécdota el actual presidente municipal, Juan Manuel Diez Francos, ante periodistas de Xalapa que fueron invitados hace unos días a un recorrido por la ciudad.

Platica que, dedicado a la venta de autos, tiene contacto con los directivos de las automotrices a nivel nacional; de ahí se le ocurrió invitar al director de Honda México a dar un recorrido por Orizaba.

Pero en ese entonces, la hermosa “Pluviosilla” era otra: gris, sucia, con calles llenas de baches; recuerda que el único edificio que más o menos lucía era el Poliforum “Mier y Pesado” (hoy uno de los grandes atractivos turísticos), dándole vueltas a esa zona de la ciudad para tratar de convencer al alto ejecutivo y vender las bondades de instalarse allí.

Pero al final del recorrido –palabras más, palabras menos– el de Honda le dijo a Diez: “Aquí no viven japoneses; ciudad muy fea”. Agarró su vehículo y se fue.

Y el empresario confiesa: “La verdad eso sí nos dolió”.

Desde ahí entendió que debía cambiarse todo en la ciudad, que en ese entonces era rehén de grupos políticos ligados al crimen organizado (como los famosos “Arturitos”, grupo de choque aliado del conocido “empresario” Fidel Kuri, quien desapareció a los Tiburones Rojos); también había sindicatos y organizaciones gremiales que controlaban la política local y por años mantuvieron a Orizaba como un lugar mediocre.

Diez Francos reconoce que quien lo mete a la política fue el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien le pidió fuese el candidato a la Presidencia Municipal del PRI. Con todo y lo malo que le pueden atribuir al “Tío Fide”, esta quizás fue una de las decisiones más trascendentes en la historia política de Veracruz.

El hoy presidente municipal por tercera vez cuenta a los periodistas que estando comiendo en el Club Libanés de Boca del Río (celebrando con su esposa que acababa de cerrar un trato con un socio) recibió una llamada del entonces gobernador para comentarle que habían bajado a Víctor Castelán de la candidatura del PRI a la alcaldía de Orizaba, por lo que le pidió que él fuese el candidato faltando menos de una semana para que terminaran las campañas.

Aún así, Diez Francos arrasó en las elecciones para su primer periodo de 2007 al 2010.

Se recuerda que Diez Francos tomó decisiones polémicas que retumbaron en los círculos políticos: comenzó desalojando a los vendedores ambulantes de las calles (hubo enfrentamientos y hasta bombas molotov) y los pasó a un espacio nuevo que el Ayuntamiento adquirió: una antigua fábrica textilera que fue acondicionada y hoy es el exitoso Mercado Cerritos. En la plática con periodistas, Diez Francos reconoce que fue quizás el momento más complicado en los tiempos que le ha tocado gobernar.

De ahí fueron otras decisiones en las que el alcalde impuso su estilo pese a las críticas (que seguramente le valían tres hectáreas de pepino). Por ejemplo, tuvo polémicas como poner estatuas de San Miguel Arcángel por la ciudad (cuando se supone que deben estar separados la iglesia y el gobierno); o la estatua de Porfirio Díaz.

Diez Francos no niega su devoción religiosa: así lo confirma el enorme cuadro de San Miguel Arcángel en su oficina del Palacio Municipal, donde también tiene armas antiguas y un adorno de la legendaria mesa redonda, que nos remite a la historia del Rey Arturo.

Él dice que su servicio público es una manera de devolverle a Orizaba la prosperidad de su familia, casi como un mandamiento que vino de su señora madre.

Otro aspecto conocido de él es ignorar —en algunos casos— normativas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), apelando al sentido común y el pragmatismo para beneficiar más a una mayoría en la ciudad y no hacerle caso a una minoría. Esta ha sido una pauta en su gobierno y el tiempo le ha dado la razón: algunos inmuebles históricos le han causado pleitos con el INAH, pero finalmente han sido rescatados con recursos propios del Ayuntamiento.

Debe decirse también que Orizaba tiene una posición estratégica como una ciudad sin zonas rurales, por lo que todo el presupuesto es para la mancha urbana. No obstante, detalla que esto también ha ocasionado que Orizaba sea hoy el onceavo municipio en el estado en recibir presupuesto de la federación, cuando antes era el cuarto lugar. ¿La justificación? Que como es próspera, no necesita recursos.

Ante esto, expresa que, al contrario, debería haber más inversión por parte del gobierno.

Debe decirse que hoy Orizaba, desde ese 2007, es otra; pasó de ser una ciudad “industrial” ya casi sin industrias, a ser un lugar con varios atractivos turísticos con un millón de visitas al año.

Algo que nos sorprendió fue lo del manejo de la basura: la venden a incineradores de una empresa cementera, por lo que ya no tienen tiraderos ni el problema del depósito final.

Otro de los éxitos son los camiones de transporte público llamados “Gallos” (para el día, con rutas en los principales puntos turísticos); y “Buhos” que son para la noche y la madrugada, pensando en los empleados que terminan a esas horas su jornada laboral y no tienen cómo transportarse a sus casas.

El DIF municipal, presidido por Hugo Chahín Kuri, también ha tenido un papel destacado: apenas en abril inauguraron una sala sensorial para niños y niñas con trastornos del espectro autista; a lo anterior se suman servicios de clínica gratuitos o de muy bajo costo como odontología, rehabilitación, terapia física, entre otros.

El jueves de la semana pasada presentaron un programa —único en la entidad— llamado “Regreso a Casa”. Se trata de pulseras que se le colocan a personas de la tercera edad, las cuales tienen un chip con información personal para que, en caso de que salgan a la calle y no recuerden cómo regresar a casa, puedan escanear dicho chip y dar con los tutores, cuidadores y domicilio.

El programa fue presentado en una cena con diversos sectores de la sociedad orizabeña en un recinto que también rescató el Ayuntamiento de Orizaba: el COCO o Centro de Convenciones de Orizaba, que antes eran salas de un cine que quebró.

Son muchas cosas que Orizaba ha hecho en 17 años: tienen un auditorio metropolitano, el único teleférico en el estado, una atalaya de cristal, un zoológico a las orillas del río que cruza por la ciudad, el complejo de entretenimiento Casa Vegas, el tobogán de la montaña, el Palacio de Hierro y muchas cosas que valen muchísimo la pena conocer y disfrutar en familia.

En verdad, vaya un fin de semana.

Parece choro, pero Orizaba está mucho mejor que Xalapa. Ojalá muchos municipios copiaran la misma manera de gobernar, invertir, meter orden y usar el sentido común.

ÚNICA NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Este domingo anduvimos por Perote y nos dimos cuenta que ya se acerca la temporada alta de visitantes en la zona: gente que se acerca a donde venden pinos para Navidad o visita los parques y sitios forestales turísticos (ni se diga de la zona de La Joya, siempre lleno de comensales); no hace mucho algunos periodistas visitaron la cima del Cofre y se dieron cuenta de que el camino está en muy malas condiciones, especialmente de la parte conocida como “El Tanque” hacia arriba… La carretera federal que va de Xalapa a Perote también tiene tramos con baches muy profundos, que por el clima (lluvia y niebla) son difíciles de ver. De hecho, ésta muy transitada carretera debería tener mayores señalamientos, más iluminación. A ver si se aplican para antes de que llegue diciembre.