Definitivamente vivimos en una época en la que la comunicación tiene pocas limitaciones, pocas si hablamos de lograr tener un alcance con cierto mensaje, conocer más gente, encontrar a una persona, un amigo que hace tiempo no vemos, un pariente lejano, etc. Sin embargo, comunicar no es lo mismo que conectar. Actualmente algo tan sencillo como realizar una llamada, enviar un mensaje, o incluso descargar aplicaciones para conocer personas, son actividades que toman minutos o incluso segundos. Ya no es necesario salir de casa para conocer gente o estar en el mismo país para comunicarnos con amigos, no es necesario esperar meses a que llegue una carta para saber como se encuentra algún amigo o familiar que esté en otro país e incluso es casi imposible olvidarse del estrés laboral, ya que ahora nos encontramos disponibles 24/7 como si fuese una obligación estarlo. En tan solo este párrafo podrás ver ya algunas ventajas y desventajas de la saturación y sobre exposición a estímulos sociales que la tecnología trae a nuestras vidas.
Por supuesto que es magnífico tener acceso a todas estas herramientas, todo este conocimiento, que con tan solo escribir una pregunta en el buscador de nuestro teléfono obtengamos respuestas a casi todas nuestras dudas, pero ¿estamos realmente preparados para esto? La ignorancia es atrevida pero el conocimiento y el poder sin ética difícilmente será algo provechoso. Hablar de todas las ventajas y desventajas daría material para escribir un libro, pero eso no lo haremos aquí. La intención de este articulo es hablar sobre la importancia de la responsabilidad afectiva, sobretodo en una época en la que conocer gente es tan fácil que a veces se trata a las personas como si fuesen desechables, trátese de colegas, amigos, pareja, etc.
Y lo cierto es, que a lo largo de nuestra educación académica recibimos poca o nula educación sobre este tema, como si fuese algo que debe inculcarse únicamente en casa pero, si los niños viven en un hogar disfuncional o agresivo, entonces ¿de dónde recibirían un buen ejemplo sobre como desarrollar relaciones interpersonales sanas?
Se entiende a la responsabilidad afectiva o emocional como el hecho de reconocer y asumir que nuestros actos causan emociones en las personas con las que nos relacionamos, lo que te afecta a ti de una manera no afectará de la misma manera a otra, puede ser que ni siquiera le afecte o, por el contrario, que le afecte muchísimo.
Como sociedad se nos enseña a no mostrar al cien nuestras emociones, a no ser vulnerables, como si de algo malo se tratase. Cuando en realidad se nos debería enseñar a no invalidar los sentimientos de los demás, a respetar, a ser directos y empáticos. Porque como dijo Khalil Gibran “entre lo que es dicho y no se siente, y lo que se siente y no se dice, la mayoría del amor se pierde” tanto en amistades como en relaciones amorosas. Hablar sobre lo que uno siente requiere valentía, por otro lado, la responsabilidad afectiva requiere valor, respeto y empatía. Por supuesto no podemos esperar saberlo todo sobre la responsabilidad afectiva, nuestras vivencias y experiencias nos irán enseñando a lo largo de nuestras vidas y en cada momento actuaremos de acuerdo al nivel de consciencia que tengamos, pero nunca es tarde para enmendar una mala acción que podamos haber realizado sin habernos dado cuenta.
A veces herimos a las personas sin la menor intención de haberlo hecho y es por esto que la responsabilidad afectiva es tan importante. El cuidar de nuestro bienestar no debería significar dejar de tener en cuenta a los demás, implica el tomar en cuenta el evitar generar daños emocionales a los demás y no únicamente pensar el la comodidad propia. Es común el evitar comunicar emociones por librarse de tener situaciones incómodas aunque en realidad la incomodidad dure únicamente mientras se hablan las cosas. Si se utiliza una buena comunicación, que sea honesta y respetuosa, esto siempre tendrá tendencia a mejorar la situación para las dos partes. Sin embargo, para lograr esto, debemos ser capaces de hablar de una manera correcta, asertiva y sobre todo honesta, de nada sirve llegar un acuerdo o una disculpa si nuestros comportamientos no van a cambiar y si desde un inicio se sabe que no será posible cambiar algún comportamiento o pensamiento, lo mejor es ser sinceros desde el comienzo.
En la responsabilidad afectiva, el trabajo personal es primordial ¿cómo podríamos ser responsables afectivamente con alguien más si no lo somos con nosotros mismos? Para poder ser empáticos con los demás, es necesario tener un equipaje afectivo sano. Es difícil pensar en lo que podemos provocar en los demás si no sabemos reconocer lo que sentimos nosotros mismos ni como gestionar nuestras emociones. Para comenzar a conocernos es necesario conocery asumir nuestras heridas emocionales, es decir, que es necesario reflexionar y pensar en como son tus relaciones y como te llevas contigo mismo. Como fue tu infancia, que estímulos tuviste, ya que todo esto influye en tu forma de ver la vida y en como te relacionas con los demás.
Aprender a ser respetuoso afectivamente implica varios aspectos como lo son el respeto (hacia los demás y hacia unos mismo), hablar con honestidad, reciprocidad, dialogar con comunicación y escucha, y cuando es necesario, el saber decir adiós de la manera más sana y respetuosa, no simplemente desaparecer.
Es importante saber que la independencia emocional no es lo mismo que individualismo. En ocasiones se dice que los seres humanos tenemos una desventaja a causa de nuestras emociones, como si el sentir fuese una debilidad. La realidad es que si las emociones o los sentimientos fuesen algo que nos generan un mal, ni siquiera existirían, que haya gente, compañías o empresas que se aprovechen del uso de emociones para manipular a las personas o a la sociedad, es diferente y definitivamente no esta bien.
Las emociones y la vulnerabilidad forman parte de nosotros porque las necesitamos, nos hacen humanos, nos enriquecen y finalmente somos seres sociales, vivimos dentro de una sociedad y es nuestro deber y derecho ser respetosos los unos con otros. La salud mental, el bienestar y el camino de desarrollo personal han experimentado en los últimos años un desarrollo enorme. Algo positivo, sin duda, pero que también ha traído consigo algunos extremos. Uno debe tratarse bien a si mismo pero es conveniente recordar que también es importante tener una red de apoyo fuerte basada en el resto de nuestros vínculos, el tener relaciones sanas con los demás y con uno mismo.
Para finalizar, la responsabilidad afectiva es una forma de comportarse, por lo que podemos aprenderla, desarrollarla e incluso mejorarla a través del tiempo y las experiencias. Ser conscientes de nuestros sentimientos y tomar en cuenta los sentimientos de la otra persona es una muestra de inteligencia emocional. Lo cual nos ayuda a mejorar nuestras relaciones interpersonales y nuestra vida.
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