*Otis, ¿Waterloo?

*La indecencia de Evelyn

Por Omar Zúñiga

Es inevitable, ante la gravedad del tema, abordar la devastación del huracán Otis en Guerrero, particularmente Acapulco, que fue considerado el “paradisiaco puerto”, destino  preferido por artistas como Liz Taylor o más reciente, Luis Miguel, aunque también lo fue del presidente John F. Kennedy.

El meteoro impactó la noche del martes como un huracán categoría 5, con vientos sostenidos de 270 km/h y rachas superiores a 320.

La trayectoria no era ninguna sorpresa, el Servicio Meteorológico Nacional lo sabía, tan es así que Eric Esteves, capitán primero de la Fuerza Aérea Mexicana y meteorólogo de las fuerzas armadas lo reconoció en entrevista: “los pronósticos no fallaron,  la trayectoria ya estaba pronosticada, sólo creció a categoría 5 en 24 horas”, fue lo que dijo.

En resumen, las autoridades del gobierno federal sabían lo que iba a pasar y no hubo ningún alertamiento de evacuación, dejaron a la población y al turismo, total y absolutamente al garete, a su suerte, a la buena de Dios.

Las imágenes de la devastación son desoladoras y las de las autoridades peor. 

De entrada, la gobernadora morenista de Guerrero, Evelyn Salgado, ha brillado por su ausencia. 

La hija de Félix Salgado Macedonio (quien también ha hecho mutis) no se ha aparecido para nada en la zona afectada, lo único que hizo fue hacer una llamada a la conferencia mañanera del presidente, más de 36 horas después del impacto del huracán. Esa fue su aparición.

Andrés Manuel López Obrador se cuece aparte, pues además de que no convocó a una reunión de seguimiento, es decir declarar en alerta permanente a un Consejo de Protección Civil, que hacían todos los gobiernos para evitar tragedias, derivado precisamente de las tragedias que se han vivido (aunque parezca redundante), por ejemplo la inundación en el norte de Veracruz de 1999, que dejó cientos de muertos y miles de damnificados, para eso sirve el pasado, para aprender de él y no para vivir en él, como hace López Obrador.

Las imágenes que nos recetó el presidente en su camino a Acapulco, más de 12 horas después de la tragedia, además de patéticas, llegan a ser perturbadoras, pues denotan a un presidente que aspiró a ser estadista, con una mueca burlona en el rostro cuyo mensaje es una patada en la entrepierna a los miles de afectados, subiéndose a un jeep del Ejército que terminó atascado en el lodo, en medio del deslave en la autopista del Sol, cuando lo que debió hacer si verdaderamente quería mandar un mensaje de aliento y esperanza, era trasladarse vía aérea para estar ahí y además tener un mejor y más amplio panorama de la tragedia y tomar las decisiones pertinentes, pero antes que eso, prefirió una fotografía que él y sus asesores pensaron que era mercadológicamente mejor y resultó en una imagen que quedará para el recuerdo de lo peor que se debe hacer en una tragedia de estas dimensiones.

Pero esas  imágenes que pintan de cuerpo entero a un presidente desesperado e ignorante no fueron (son) todo, pues en su conferencia mañanera de este jueves, es decir 36 horas después de que impactó el meteoro y en Palacio Nacional, NO en Acapulco, dijo que ante la falta de comunicaciones “grabé un mensaje, que con carros de sonido, se va a transmitir en las colonias de Acapulco”.

Así es, como lo leyó, el presidente acudirá al perifoneo, a esa estrategia de comunicación y ventas  que lideró los años setenta y que aún se utiliza en zonas verdaderamente alejadas y de escasa población.

Ahora falta que se salga a vender colchas en las ferias.

Otra de las grandes estrategias que anunció fue “que harán un censo casa por casa”,  para determinar el número de afectados.

Tristeza, coraje e indignación da escuchar a quien se supone debe ser un mandatario, decir que “se derramó el río Papagayo”, suponemos que se refiere al desbordamiento del afluente o bien cuando dijo que “la carretera se rompió en varias partes”, así tal cual.

No sé usted, pero alguien que habla con faltas de ortografía no merece el más mínimo respeto, mucho menos tratándose de quien se trata.

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Para documentar el optimismo, la “gobernadora” Evelyn Salgado, luego del anuncio presidencial, subió un mensaje a su cuenta de ‘X’ en la que, de manera festiva, dice que: 

“Acapulco no está solo! 

Mil servidores de la nación del Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Guanajuato, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Michoacán y Ciudad de México, encabezados por nuestra gran amiga y aliada, la @bienestarmx, @A_MontielR, se dirigen a nuestro bello puerto (sic) para realizar el censo de las afectaciones casa por casa para atender a la población damnificada. 

Gracias querido presidente @lopezobrador_, por todo el respaldo que ha brindado a nuestro pueblo. 

Agradezco de todo corazón el apoyo de las y los guerreros de la nación. Juntas y juntos estamos haciendo frente a la adversidad.

#FuerzaAcapulco”.

Juzgue usted estimad@ lector@.

¡Qué barbaridad!

deprimera.mano2020@gmail.com