Hoy a las 10 de la mañana en el Congreso de la Unión, ya están citados los diputados, las diputadas y les diputades a la bonita Sesión Ordinaria y en el orden del día, está ya con letras grandotas, el proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de reforma del Poder Judicial, es decir que don Amlito, se quiere llevar su recuerdito sexenal, antes de cerrar el telón presidencial.
Ahora bien, la reforma que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador y que busca trasformarlo, plantea entre otras cosas, que los ministros de la Suprema Corte, así como magistrados y jueces, sean elegidos mediante voto popular, esto inspirado en la Constitución liberal de 1857, con la intención de aumentar la representatividad y legitimidad de estos cargos, habrá que ver si esta propuesta, con las condiciones del México de hoy, continúa siendo viable.
La reforma también pretende, una reducción del número de ministros de la Suprema Corte, aquí hablamos que de once cristianos, quedarían solo nueve, además modifica su periodo en el cargo de 15 a 12 años. También se ha propuesto, la figura de “jueces sin rostro” para proteger la identidad de aquellos que emiten sentencias contra el crimen organizado, ni me quiero imaginar lo que esto generaría, en el mal sentido y los mexicanos para esos menesteres, somos muy creativos.
Ahora bien, entre que el gobierno federal define la reforma, como una medida para purificar y democratizar el sistema judicial, la oposición y los presuntos expertos, advierten sobre el riesgo de politización de la justicia y posibles impactos negativos en la estabilidad institucional y económica del país… ¡Yisus! Ignoro cuando los mexicanos habremos tenido, una economía estable… Yo no la conocí y ya tengo mis años ¡Que no!
Y entre que son peras y manzanas, el dolar que se había mantenido bastante constante a la baja; araña ya los 20 pesos y los riesgos de la fuga de capitales extranjeros, suenan y ponen a todo mundo paranoico, además están los paros marchas y demás parafernalia, que se han gestado, al rededor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y por si todo esto no fuera suficiente, antes de que termine el mes y nuestro querido presidente López Obrador cierre el telón, nuestros cordiales vecinos del norte, ya están listos para las audiencias de los señores Ismael Zambada, que tendrá lugar el 9 de septiembre en Nueva York y Joaquín Guzmán López, el día 30, ante un Juez federal de Chicago.
Esos bonitos líderes criminales, que no sabemos si se fueron a entregar allá o se autosecuestraron, están listos para soltar la sopa, como los verdaderos grandes y además, está la confirmación de que el ilustre Ovidio Guzmán Lopez, alias el Ratón, líder de los Chapitos, abandonó la prisión esa de maximísima seguridad donde estaba y se hizo testigo protegido del gobierno de Estados Unidos ¡Una cosa sublime!
A ver si en esas audiencias, no embarran a medio México, porque de que habrá información de las redes de tráfico, protección, lavado de dinero y complicidad, seguro habrá.
Así que el que se embarró las manitas que ¡Dios lo agarre confeso! En fin que con todo esto, a ver en cuanto le sale a doña Claudia Sheinbaum, el recuerdito del presidente.
Así las cosas nos leemos mañana.
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