Desde hace años la mejor estrategia de los inversionistas amigos del Presidente en turno, era hablar mal de camello para luego comprarlo y hacerlo la estrella del circo.
Así pasó con Telmex y otras tantas empresas paraestatales.
Ahora, y en plena 4T, la mojarra más atractiva para los apostadores de las privatizaciones sigue siendo PEMEX, organismo público a la que siguen la pista de sus datos financieros con lupa, para destacar su pésima administración y ver si por fin el gobierno la pone en venta.
Hoy mismo se informa, por todo lo alto, que la empresa petrolera mexicana perdió 1.2 billones de pesos durante el sexenio de AMLO.
Se describe a PEMEX como la petrolera más endeudada del mundo y se enumeran errores que se han cometido en su administración que, es obvio, le han costado al país Billones de pesos:
1.- La construcción de la Refinería Olmeca de Tabasco.
2.- La compra de la refinería Deer Park en los Estados Unidos.
3.- La modernización del Sistema Nacional de Refinación (SNR).
4.- Mantener los precios de los combustibles por debajo de la inflación.
5.- Inyectarle dinero a la petrolera PEMEX para que pueda seguir operando, del orden de los 1.2 billones de pesos, lo que representó el 6.1 por ciento del PIB.
Es decir, PEMEX es una empresa en quiebra que urge venderla. Es decir, privatizarla. Que le sea concesionada, por ejemplo, a Carlos Slim y su Grupo Carso. Así, en dos años PEMEX sería la mejor petrolera del mundo… parecen indicar los que aspiran a comprarla.
¡Claro! Siempre y cuando el gobierno les regale el petróleo que está en el subsuelo, les done las refinerías y oleoductos. Que antes despidan a cientos de miles de obreros ineficientes, que el gobierno absorba la carga de jubilados y, desde luego, que les proporcionen el financiamiento que se requiere y les permitan elevar los precios de las gasolinas según las “necesidades del mercado”. Es decir, algo parecido a la privatización de TELMEX cuando Slim “le hizo el favor” a México de quedarse con la ineficiente empresa y México le donó la infraestructura que por décadas pagaron los mexicanos de sus impuestos.
Lo único malo, deben pensar los dueños y socios de Telmex, es que tendrán que esperar mínimo otros 6 años, porque en el sistema de la 4T se busca beneficiar al pueblo consumidor y no a unos cuántos empresarios.
¡Láaaaaaaastima Margarito!
Y aún así, hay quienes esperan a que Claudia Sheinbaum le de la vuelta a la tortilla y decida regresar al pasado en una máquina del tiempo.
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