A la opinión pública:

Hoy, Xalapa vive una crisis vial que no solo afecta la movilidad, sino también la seguridad, la economía y el bienestar de quienes transitamos diariamente por sus carreteras. A más de un mes del deslave en uno de los carriles de las Cumbres de Maltrata, el tráfico pesado que normalmente debería circular por Córdoba, Orizaba y Veracruz ha sido desviado por la carretera Xalapa-Puebla. Esto ha sobrecargado nuestras vías de comunicación, particularmente la carretera Xalapa-Veracruz, que se encuentra en pésimas condiciones: llena de baches, saturada de vehículos y, en consecuencia, peligrosa y lenta.

La situación es crítica. La carretera Perote-Xalapa, que ahora concentra el tráfico más intenso, se ha convertido en la más peligrosa del país, dejando un saldo trágico de más de 15 muertos en las últimas semanas. Este número no es solo una estadística; es el reflejo de un abandono que no podemos seguir tolerando.

Con la temporada alta de fin de año a la vuelta de la esquina, y mientras el gobierno saliente parece más enfocado en preparar su partida que en cumplir con sus responsabilidades, la falta de acciones concretas amenaza con ahogar a Xalapa en caos. La falta de regulación en los horarios de tránsito del tráfico pesado y la ausencia de un plan emergente para reparar y mantener nuestras carreteras no solo pone en riesgo vidas, sino también la llegada de visitantes que son vitales para la economía local en esta temporada navideña.

Exigimos al gobierno estatal y federal:
1. Una solución inmediata al problema del tráfico pesado, implementando horarios restringidos y alternados para su tránsito en las carreteras de la región.
2. Reparación urgente de la carretera Xalapa-Veracruz y mantenimiento adecuado de la carretera.
3. Un plan estratégico a corto plazo que priorice la seguridad y la fluidez vial en beneficio de quienes transitan por estas rutas.

De lo contrario, Xalapa y sus alrededores enfrentarán una Navidad triste, sin visitantes ni prosperidad, sumidos en el desorden y la desesperación. No podemos permitir que la negligencia nos condene.

¡Exigimos acciones ahora!