En estos tres primeros años que hemos vivido del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, salvo por los hechos violentos ocurridos los primeros años: la masacre en el salón de fiestas aquel denominado La Potra en Minatitlán, que cobró la vida incluso de un bebé; la matanza aquella terrible del table dance, Caballo Blanco en Coatzacoalcos, en donde murieron cerca de 30 personas y la balacera aquella aquí en Murillo Vidal, la violencia se ha mantenido tal cual, ni mucho más, ni mucho menos, pero al menos se transita.
En cuanto a la política local se refiere, en el estado hemos sido testigos de los arrimones de caballo, que le dan cada dos por tres a Manuel Huerta, el que nunca llego a ser Super Delegado; con sus deslices donjuanescos y sus féminas, lo de la Doña Pelucas denunciando a Huerta Ladrón de Guevara, en el café de La Parroquia de Toño Ballesteros, ante los medios y no en la Fiscalía General del Estado, de un mal gusto espeluznante, pero hizo mucho ruido, igual que lo de las fotos metiéndole mano a una chavita, en un privado de un restaurante de las Altas Montañas.
Al interior del gabinete estatal, la bulla al interior entre don Patochi contra todo aquel que se le atraviesa, nos ha mantenido muy entretenidos; el bombardeo incesante de don Eric Cisneros Burgos en contra de Hugo Gutiérrez, Zenyazen Escobar, Enrique Nachón y Pepe Lima, se lanzan según le amanece, al segundo de a bordo; los audios de la contralora, la empinada de codo del titular de la SIOP y los sueños de Lima Franco de que va directo a la grande, han resultado más bien insulsos.
Si hablamos de los otros poderes, nada como el desmán que se armó en el Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura, con doña Chofi y sus dos hijos, tremendo aquello, la destitución de la doñita, las declaraciones con López Dóriga y la llegada de Chabelita, nos tuvieron entretenidos un buen rato; en el Congreso Local, Juan Javier Cazarín y sus aventuras facebukeras, han sido de lo más relevante, ni Maleno con sus ocurrencias, ni Rubén Ríos con sus desconocidas, han empañado la labor constante de Gómez Cazarín.
La verdad que todo en el estado caminaba más o menos engrasado, alguna cosita por aquí, algún desliz por allá pero el gobernador García Jiménez, dormía tranquilito y su alma, hasta que llegó Sergio Carlos Gutiérrez Luna, el presidente del Congreso de la Unión, a hacer su guateque.
García Jiménez, se veía ya en 2024 entregando el estado a doña Rocío Nahle y ocupando en Ciudad de México, alguna secretaría de estado con la señora Claudia Sheinbaum, bonito todo en el futuro, hasta que se atravesó Gutiérrez Luna y recordaron que Marcelo existe y que Mario Delgado también.
De Gutiérrez Luna poco se sabe, una licenciatura en la Libre de Derecho, cosa que es de gran relevancia, poniéndolo junto a Maleno Rosales y sucedáneos; reuniones por aquí y reuniones por allá; una onda Pepe Yunes, solo que en moreno, pero igual de machista que el Yunes de Perote, siempre se reúne con puro hombre, los cañeros, los maestros del profe Callejas y siempre sale en sus fotos con su familia y con diputados, no lo he visto reunido con las madres de los desaparecidos, las mujeres de los pañuelos verdes ¡Vaya! Ni un retrato con una diputada tiene colgada en sus redes sociales, son estilos políticos.
Aún falta muchísimo para 2024 y la política es de circunstancias, algunas veces favorecerá a unos y otras no, Gutiérrez Luna trae un activismo exacerbado ¿Le servirá? Solo el tiempo lo dirá, para mi gusto, aún es demasiado pronto para andar con sueños guajiros, como los de Lima Franco, pero de que don Sergio vino a ponerle sabor al caldo, definitivamente fue así.
De momento, muero de ganas por saber si lo invitarán al Tercer Informe de Cuitláhuac García, además si lo invitan ¿Dónde lo van a sentar?.
Pues bueno mis hermosos, semana chiquitita de tres días… nos leemos mañana.
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