La inflación no es un fenómeno que nace de la nada sino de falta de producción, escases de oferta, exceso de circulante, pero jamás surge de la nada ni siquiera es un problema político.

¿Qué otra cosa se podía esperar en el mundo, y por ende en México, cuando el aparato productivo dejó de funcionar a plenitud durante casi dos años debido al ‘quédate en casa’ tratando de evitar que la pandemia del COVID-19 y sus variantes acabaran con la humanidad? 

¿Qué otra cosa se podía esperar en el mundo y por ende en México cuando dos países como Rusia y Ucrania al entrar en guerra dejaron de suministrar al mundo su producción petrolera, los fertilizantes vitales para el campo y los cereales que alimentaban a gran parte de la población mundial?

La respuesta simple y llanamente se llama INFLACIÓN.

Esto es, un aumento generalizado de los precios, no solo de artículos individuales y los servicios sino también de los insumos que se utilizan para obtener productos terminados por los que día a día se paga más por ellos y por ende se reduce el valor de la moneda, los salarios nominales se pulverizan.

Medidas mágicas no hay para resolver la inflación en el corto plazo… no se han inventado. Las políticas monetarias, fiscales y de fomento funcionan en algunos casos, pero a largo plazo y dependen al mismo tiempo de otras medidas colaterales que si no se saben aplicar los procesos inflacionarios se convierten en asesinos círculos de pobreza y desesperación de todos aquellos que menos tienen.

El gobierno mexicano reconoce que ‘No basta una política monetaria para regular la carestía.

Es tal el problema mundial que al gobierno de México no le quedó de otra que reconocerlo y aventurarse a decir que la inflación que ya se vive en el país tardará al menos 18 meses en ser controlada y lo peor es que las secuelas de la pandemia y la guerra no son transitorias como lo afirmó el subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio. Y, cómo no debían de reconocerlo si las cifras del INEGI indican que en un año al menos los alimentos se han incrementado en un 12.22%.

A seguir sufriendo luego de dos años de pandemia y ahora una maldita guerra que hace que los países se estén peleando por los escasos productos petroleros, fertilizantes y cereales que producen Rusia y Ucrania que se encuentran enfrascados en una guerra a la que no se le ve fin y que no pocos vaticinan podría desencadenar en una tercera guerra mundial.

Así que ¿Qué hacer? Cuide los servicios de los que dispone. Si es consumidor: ¡Cuide el agua! ¡Controle el consumo de la luz, el gas, la gasolina! ¡Cuide su empleo! ¡Compre solo lo vital para aguantar lo que viene! ¡No pida fiado, no se endeude con tal de mantener su statu de consumo! 

Y como antes se decía, apriétese el cinturón mientras vienen tiempos mejores.  

Está Usted informado. 

www.politicaaldia.com 

Síganos en nuestras redes sociales @PoliticaalDia, @AtticussLicona, @frlicona